El Gobierno español vuelve a equivocarse en sus previsiones de crecimiento y tiene que ser un organismo internacional el que venga a poner las cosas en su sitio. Aunque CCOO no comparta ni sus soluciones, ni algunas de sus valoraciones, lo que sí parece claro es que el Fondo Monetario Internacional tira por tierra todas las previsiones que el Ejecutivo de Rajoy ha realizado y que no se sostienen bajo ningún parámetro.
Para el FMI, la economía española se encuentra rota y sus pronósticos apuntan a un decrecimiento económico, un paro desbocado, un déficit público por las nubes y una deuda pública fuera de control. Además este organismo augura que no habrá crecimiento económico hasta 2014, lo que tira por tierra la teoría de los “brotes verdes” que últimamente han vuelto a repetir los miembros del Gobierno de España. El FMI vuelve a insistir que el año 2013 será muy duro para nuestro país y calcula que la caída de la economía española será del 1,6%. Previsión muy similar a la caída prevista por Bruselas para nuestro país que situaba en un 1,4.
Frente a estos datos, el Gobierno español pronostica el retroceso en el 0,5%; sin embargo, esta cifra ya casi se ha alcanzado en el primer trimestre del año. Entonces, ¿por qué y para qué hace el gobierno estas ridículas proyecciones si sabemos que son mentira?
Todas las previsiones del FMI han empeorado. A los recortes hay que añadir la falta de sectores que crean empleo y el escaso crédito concedido a la economía española y sus entidades financieras, pese a haber recibido millonarias ayudas. Esta situación coloca a España entre las peores economías de Europa.
Al margen de la imagen pública, el principal problema de España es el desempleo. Una de cuatro personas que quiere trabajar no puede y, según el FMI, la actual cifra del 25,1% de personas paradas subirá al 27% el año que viene, para reducirse ligeramente al 26,5% en 2014. Previsiones éstas en la línea de las realizadas por organismos como el Banco de España o la Comisión Europea. Todas ellas coinciden en dibujar un futuro laboral bastante negro para nuestro país
El FMI señala que España no podrá soportar durante mucho tiempo un nivel tan alto de desempleo. Actualmente los ciudadanos españoles en paro están subsistiendo a través del sistema de subsidios, que este Gobierno pretende reformar -y en algunos casos eliminar-, y a través de las ayudas familiares. La familia acaba siendo el último recurso para miles de personas.
También es muy preocupante la escalada de la deuda pública española. Solo este año, cuando nuestra deuda alcanzará el 91% del PIB, el gasto presupuestado para pagar los intereses roza los 39.000 millones de euros (un 33% más que el año pasado). Una hemorragia que lejos de pararse aumentará con los recortes que el Ejecutivo español seguirá haciendo en 2014. Se estima que el gasto alcanzará el 97,6% del PIB en 2012, superará el 100% en 2015 y llegará al 110,6% en el año 2018.
Con todos esos datos y con la perspectiva de que España en 2013 tendrá un déficit 6,6%, y que subirá al 6,9% al año siguiente y que continuará en niveles superiores al 5,5% en años sucesivos, es imposible que se pueda cumplir el objetivo del Gobierno de que déficit sea de un 4,5% en 2013 y del 3% en 2014.
Por si los datos no fueran ya de por sí aterradores, lo más preocupante es que el FMI insta a España a que siga haciendo reformas y esto a pesar de que también valora que muchas reformas pueden condenar más a la económica española.
Todas las políticas adoptadas por el Gobierno del Partido Popular, y antes por el socialista, venían dibujadas desde organismos oficiales que le conminaban a realizar medidas de ajuste y recorte, como si esa fuera la solución mágica para salir de la crisis. Llevamos años escuchando las mismas recetas y los resultados son idénticos: más paro, menos crecimiento y más déficit. La economía europea y española continuará sin crecimiento hasta que no se adopten otras medidas. La primera de ellas debe ser la puesta en marcha de un plan urgente de medidas para la creación de empleo consensuado con los agentes sociales. La segunda medida es la retirada de la reforma laboral, ya que a todas luces no ha servido para la creación de empleo y ha desactivado el consumo y, con ello, la generación de riqueza.
Por ultimo, el Gobierno español y la Unión Europea deben de abordar una estrategia a largo plazo para la refinanciación de las deudas soberanas que permitan que, sin destruir el Estado del Bienestar, se alcancen los compromisos de pago, sin que por ello los trabajadores y los ciudadanos tengan que sufrir la escasa visión política de sus dirigentes.
En este sentido, urge que el Gobierno español asuma de una vez por todas sus obligaciones, actualice sus datos macro y haga unas estimaciones creíbles, nada de guiones para adolescentes. Las actuales son de risa y prácticamente ya han sido desdibujadas en tan sólo tres meses. Como he señalado más arriba: o se toman en serio las previsiones o el ridículo a nivel mundial será espantoso.
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