lunes, 26 de noviembre de 2012

ERE EN PARADORES





La dirección de Paradores ha presentado este lunes un expediente de regulación de empleo que  incluye la extinción de 644 puestos de trabajo, que representan el 14% de la plantilla.

Según Paradores, que pertenece al Ministerio de Industria, Energia y Turismo, esta reestructuración tiene como objetivo garantizar la continuidad de Paradores, eso si a costa de cerrar hoteles y despedir a trabajadores.

Paradores pretente  hacer fijos discontinuos a 7.000 trabajadores que actualmente son fijos y ademas desmantelar una parte de los establecimientos, cerrándolos para posteriormente ponerlos a la venta.

Pero detrás de todo esto esta el intento de privatizar Paradores, el gobierno nunca ha visto con buenos ojos tener hoteles a cargo del estado, esto choca claramente con su filosofia liberal. Por otro lado las presiones ejercidas por los grandes grupos hoteleros españoles que pretenden hacerse con estos hoteles,  por fin parece que les esta dando fruto y compraran  la empresa a precio de ganga seguramente en pocas fechas.

Esta es la idea que este gobierno tiene de lo publico, desmantelarlo todo, aunque Paradores tenga mas de 80 años y haya pasado por todo tipo de visicitudes, es este gobierno el encargo de poner  la primera piedra para su punto y final, que será una cuestión de tiempo.

Por ultimo a todos aquellos empleados públicos que piensan que a ellos no les tocara aquí tienen el primer ejemplo de empresa publica estatal que aplica un ere para su posterior desmantelamiento, asi que  en este momento me viene a la cabeza una cita de Kafka que define perfectamente la situación que vivimos y que sin duda nos llevara a la desaparición de todo el estado, a cambio de concentrar el poder en unos pocos.

 “ Si uno pudiera ser un piel roja siempre alerta, cabalgado sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida, hasta arrojar las espuelas porque no hacen falta espuelas, hasta arrojar las riendas por no hacen falta riendas, y apenas viera ante si que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo”:



jueves, 22 de noviembre de 2012

GUERRA DE CLASES



Warren Buffet multimillonario americano escribía no hace mucho  en The New York Times,  “ Claro que hay una guerra de clases, pero es mi clase la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando”.

Esta afirmación define el tiempo que ahora nos ha tocado vivir, un tiempo donde las clases bajas y medias de nuestro mundo civilizado ven como poco a poco se están quedando sin nada y cada vez las clases económicamente mas pudientes van ocupando todos los espacios, sin dejar hueco alguno al resto de la sociedad.

El gobierno de España, parece haber interiorizado como nadie la necesidad de dejar claro que existe una lucha de clase, y pone en evidencia decreto tras decreto su ideología, que favorece de manera cada vez más pertinaz las desigualdades en nuestro país.

El desmembramiento de los servicios sociales, el ataque constante a los servicios públicos y por consiguiente a los empleados públicos, el incremento de impuestos de manera lineal a todos los ciudadanos, la destrucción del tejido laboral para crear una nueva figura productiva basada en mayor tiempo y menos ingresos, la destrucción de las pensiones, el desmantelamiento de las ayudas sociales, todo esto lleva aparejado no solo el recorte si no una clara filosofía política vinculada a la guerra.

Imaginemos por un momento que  España fuera invadida por otro país  y que al paso de ese ejercito se destruyeran fabricas, tiendas, pequeñas empresas, colegios, hospitales, y todo tipo de instalaciones, además las personas sufrirían daños personales y nuestro gobierno con su ejercito a la cabeza se pusiera del lado de los que nos destruyen y el mismo también destruyera todo lo que encontrara ¿qué pensaríamos de ese gobierno? ¿Qué pensaríamos de un gobierno que destruyera toda nuestra riqueza?

Esta es la situación que actualmente tiene España, una guerra donde como dice Buffet los ricos están ganando y nuestro gobierno lejos de apoyar a sus ciudadanos se pone una y otra vez del lado de los ricos, con sus políticas de recortes y más recortes.

Realmente, ¿queremos un gobierno que nos aniquile, que destruya nuestra riqueza? ¿queremos un gobierno que no plante cara al ejercito que nos esta invadiendo? De verdad ¿queremos esto?

domingo, 11 de noviembre de 2012

Apoyo la huelga general del 14 de noviembre….

Begoña Marugán Pintos, socióloga, Secretaría de la Mujer de FSC-CCOO
Saben aquel que dice que se encuentran un elefante y una hormiga en un ascensor y la hormiga pregunta al elefante: ¿Cuántos añitos tienes? Dos -responde el elefante- ¿y tú? También dos, pero es que he estado un poco malita -se disculpa la hormiguita.

Pues por eso apoyo la huelga, porque soy hormiguita que puede que, como otras hormiguitas, hayamos estado un poco malitas, pero llevamos tiempo ya en periodo de rehabilitación y nos estamos fortaleciendo. Nos fortalecimos como marea verde, y nos unimos a la marea blanca y a la violeta, antes que con los empleados y empleados públicas nos vistiéramos de negro cada viernes y mantuviéramos, a pesar de agosto y los calores, las concentraciones de cada día y/o cada viernes.

Apoyo la huelga porque paso a paso la huelga es una parte más de este difícil camino que transitamos para conseguir que nuestro mundo, nuestra Europa, nuestro país, nuestros barrios y nuestras casas se queden sin colores. Porque quiero que vivamos alegres y que no nos quiten la ilusión y la esperanza.

Apoyo la huelga porque no quiero que nos castiguen más, porque estoy harta de ver como los que más tienen se enriquecen aún más y, mientras se rescata a los bancos causantes de la crisis, nos la hacen pagar a las personas trabajadoras con despidos, rebajas de salarios, sangres, sudores y lágrimas.

Por todas aquellas personas que por estar jubiladas, estar en el desempleo, ser amas de casa, ser jóvenes sin futuro, no van a poder parar. Porque seguro que hay personas que, aunque están con nosotros y nosotras, no pueden permitirse parar.

Apoyo la huelga como madre, por responsabilidad respecto al futuro de las generaciones que me siguen, y como empleada pública, porque me pueden hacer un despido colectivo, me han congelado el sueldo una vez más, me han quitado la paga de diciembre, me han aumentado las horas de trabajo, me han quitado los moscosos y los canosos.

Y también como profesor porque el mes que viene no me van a renovar el contrato en la facultad, porque este año hay un 10% de alumnos menos porque hay personas que ya no se han podido matricular debido al aumento de las tasas, porque me da tristeza cada vez que entro en clase pensar qué va a ser de mi alumnado y si estos también se tendrán que marchar.

Apoyo la huelga como mujer porque todas las medidas que están imponiendo nos tratan de meter otra vez en casa, porque se han cargado la ley de dependencia y nuevamente las mujeres tendremos que volver a hacer el trabajo que el Estado deja de hacer. Porque no quiero tener que volver a tener que defender un derecho como el aborto que conseguimos hace 30 años. Porque han reducido el gasto en igualdad y en la lucha contra la violencia de género, porque no quiero seguir sintiendo que vivo como lo hacíamos cuando era pequeña.

Porque nos han quitado el derecho a la ciudadanía social y, al tratar de acabar con la educación, nos dejan sin futuro y sin capacidad crítica, porque al robarnos la sanidad están condenando a que solo pueden sanar aquellas personas que se lo puedan pagar. Porque soy sensible y no quiero ser indiferente con el deterioro social, económico y moral.

Apoyo la huelga porque me he educado en el valor y la importancia de la igualdad y ahora sólo veo como se siembra desigualdad, división y polaridad social. Porque necesito gritar la rabia por aquellas personas que ya no están con nosotros, como Amaia Egaña, Miguel Ángel Domingo y Manuel, que se suicidaron cuando les iban a desahuciar. Apoyo la huelga porque pienso que las personas no somos números y que son a ellas a quienes debemos salvar y también porque quiero compartir con las mujeres y los hombres de los maltratados países del sur de Europa nuestro destino. Apoyo la huelga porque quiero ser un grano de arena más en este camino de la reivindicación y la protesta que transitamos desde hace tiempo.

Quiero gritar frente a los indiferentes, que se quedan callados, que nosotras somos muchas las que el 14 vamos a parar, porque nos estamos uniendo, nos estamos juntando, cada vez somos menos sectarios y nos queremos más. Que voy a hacer la huelga porque cuando he hecho todas las demás, he sentido que formaba parte de algo colectivo, de aquellos que luchan por un mundo mejor, de los que quieren torcer un destino negro, triste y maldito. En definitiva, que estaba apostando por un futuro mejor para todos y todas. 

Sí, es cierto, somos hormiguitas y hemos estado un poco malitas, pero estamos fuertes, estamos unidas, estamos contentas y vamos a decidir nuestro futuro porque, aunque los elefantes sean más grandes y más poderosos, las hormigas somos muchas más y no nos podrán parar porque somos gente con ganas de luchar.