jueves, 12 de abril de 2012

LA CALLE NO ES TUYA


El Ministro del Interior es  consciente de que los recortes sociales y la reforma laboral van a  provocar protestas. Ante esta escalada de la tensión social, el Gobierno  ha decido reformar completamente  el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la ley orgánica de protección de la seguridad ciudadana.

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, me ha recordado a los ministros de la gobernación, tanto en su forma de explicar las reformas como en el talante que ha utilizado. La  ha justificado en la sesión de control del Congreso alegando que es necesario luchar contra  la espiral de violencia  de los antisistemas, van más allá del control del orden publico.

Cuando un gobierno de un país democrático propone como delito  el "atentado a la autoridad por  la resistencia pasiva o activa " demuestra que quiere acabar no solo con las “revueltas”  si no que quiere  acabar con toda forma de combatir pacíficamente opiniones contrarias a sus medidas.  

Cuando los ciudadanos decidan convocar actos no autorizados por  la Delegación de Gobierno, pueden desde ese momento ser imputados si se sientan, por ejemplo, en la calle y no se levantan, esto es gráficamente lo que propone el gobierno.

La reforma propuesta prevé  también que sea considerado "delito de integración en organización criminal" difundir a través de Internet y las redes sociales las convocatorias "violentas" y que "alteren gravemente el orden público", que podrían ser todas aquéllas que no hayan sido notificadas y que se nieguen a abandonar el lugar pese al aviso de la Policía como ocurrió el 15 de mayo y los días posteriores en la Puerta del Sol de Madrid.
Otra medida, que recoge la propuesta, es que se considerará como agravante cuando las conductas violentas se produzcan en manifestaciones o concentraciones y se incluirá como delito de desorden público los supuestos en los que se penetre en establecimientos públicos o se obstaculice el acceso a los mismos. En este sentido, se ampliará la cuantía de los daños no sólo a los que se produzcan en establecimientos, sino también a los que se deriven por la interrupción de cualquier servicio público.

Todas estas medidas suponen un retroceso de los libertades ciudadanas, un paso atrás que nos devuelve a épocas franquistas y que hará que este país tenga que empezar a construir muchas mas prisiones porque los ciudadanos continuarán manifestando su descontento en la calle y porque aunque este ministro crea que la calle es suya, hoy  y mañana la calle siempre será de los ciudadanos.

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