martes, 24 de julio de 2012

ABORTO, DERECHOS Y MAS RECORTES


En la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, como su propio nombre dice, el aborto es voluntario, es decir, no obliga a nadie a abortar, solo plantea un marco normativo que hace posible su adopción con garantías sanitarias para que las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado puedan hacerlo.

Es una decisión libre y soberana de la mujer embarazada. Estaría bien que el ministro de Justicia supiera que un aborto no es algo que se realice de forma frívola e irreflexiva. Se trata de una decisión muy sopesada y que responden a realidades personales, sociales y económica concretas de las mujeres que deciden abortar.

Pero no. Parece que este mismo Gobierno que está reduciendo la sanidad y la educación pública y diseñando medidas que van a acabar con todo, también está dispuesto, en su escalada de imposiciones ideológicas, a imponer a toda la sociedad española una moral determinada. Su postura laminadora es tan imperiosa que ni tan siquiera se plantea esperar a que el Tribunal Constitucional se manifieste sobre el recurso presentado por el Partido Popular a la Ley Orgánica 2/2010.

No existe motivo, más que ideológico, ni razón médica alguna para este cambio que ahora propugna el Gobierno del PP y que nos retrotrae más de 30 años en nuestra legislación, ya que con la Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo se había conseguido reducir el número de los abortos anuales, que, en el caso de los abortos por deformación del feto, solo representaban el 2,9% del total.

Además de seguir en su línea de reducir derechos de las mujeres, las declaraciones del ministro de Justicia son una muestra más del interés que el partido en el Gobierno tiene de que las mujeres, como en el franquismo, vuelvan a sus casas. Sin servicios sociales, sin empleos o con menos salarios ¿cómo van a cuidarse los futuros niños y niñas con malformaciones? Serán sus madres las que tendrán que quedarse en casa.

Además, esta medida vuelve a incidir sobre los sectores más indefensos de la sociedad, los mismos sectores que están viendo cómo se suprime la dependencia que recogía expresamente que "se financiarán los servicios que necesitan las personas dependientes, bien por sufrir una enfermedad o accidente invalidante o al llegar a la vejez. La dependencia personal es la incapacidad funcional para el desarrollo de actividades de la vida diaria y por requerir ayuda para su realización". Estamos viendo además cómo se recortan los programas de educación especial en la educación pública y cómo los fármacos han incremento su precio al subir la aportación del ciudadano. ¿Cómo se puede hablar de traer niños con malformaciones a un mundo que están dejando sin recursos y sin servicios sociales, sanitarios y asistenciales?

En definitiva, se trata de suprimir un derecho que nos situará a la cola de Europa en esta materia y que volverá a instaurar la ética religiosa como valor social, acercando cada vez más al fundamentalismo religioso y que condenará a las mujeres a estar en casa y con "la pata quebrada" a ser posible.

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